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¿Contruyeron las pirámides los alienígenas?

Pirámides, catedrales y naves espaciales

Pirámides catedrales y naves espaciales

o Como la burocracia y la falta de voluntad frenan el progreso

Una de las "pruebas" que más frecuentemente se citan sobre el origen extraterrestre de las pirámides es la dificultad que entrañaría el construirlas aún contando con la tecnología actual. ¿Cómo es posible entonces que las construyeran hace más de 4000 años?

La misma justificación se ha llegado a utilizar con las catedrales. En la época del gótico se construyeron fantásticas catedrales en tiempos sorprendentemente cortos, mientras que hoy a pesar de contar con tremendas grúas capaces de levantar toneladas de peso tenemos casos como el de la Sagrada Familia de Barcelona (probablemente el más equiparable a una catedral gótica) que lleva más 120 años construyéndose y permanece inacabada.

Quienes opinan así del origen extraterrestre de las grandes construcciones no tienen en cuenta que hubo una evolución previa antes de lograr esos objetivos.

Mastaba
Mastaba
Pirámide de Djozer
Pirámide de Djozer

Antes de las pirámides las tumbas faraónicas eran mastabas, un edificio de aspecto trapezoidal, y la primera pirámide no es sino una evolución de las mastabas, lo que le da su aspecto típico escalonado. Posteriormente, hubo varios intentos fallidos de construcción de pirámides, que terminaron derrumbándose, o rectificando su inclinación a medio camino para evitar ese derrumbe, y así a base de malas experiencia se logró finalmente alcanzar una pirámide. Si las construyeron extraterrestres deberíamos deducir que los extraterrestres no sabían mucho de ingeniería o sus ingenieros eran bastante torpes, y cuesta creer que siendo así supieran construir naves espaciales.

Con las grandes catedrales sucede lo mismo. Las catedrales no aparecieron de la nada, sino que anteriormente, y comenzando por el románico, se habían construido pequeños edificios sin apenas ventanas, y esas ventanas y esos edificios se habían ido agrandando poco a poco conforme se encontraban soluciones técnicas que lo permitían. También algunas catedrales se vinieron abajo en este periodo de aprendizaje.

Lo curioso es que esa incapacidad actual de hacer las cosas se utiliza recurrentemente por parte de los "investigadores", y se ha utilizado también para algo mucho más cercano a nosotros : los viajes espaciales.

Algunos "investigadores" nos dirán que el hombre nunca fue a la Luna, y otros que si lo hizo fue con - ¡Oh Sorpresa! - tecnología extraterrestre, porque resulta imposible que en sólo 12 años , desde 1957 en que se lanzó el primer satélite -el Sputnik- hasta 1969 en que el hombre llegó a la Luna, se desarrollara semejante tecnología. Tanto unos como otros aportarán como prueba que el hombre no ha regresado a la Luna, ni podría hacerlo mañana, y que los planes actuales para regresar a nuestro satélite prevén hacerlo dentro de unos años a pesar de que teóricamente ya contamos con naves espaciales, experiencia, un mayor grado de tecnología en materiales y electrónica, etc.

Siempre que alguien nos dice que algo tiene origen extraterrestre "porque no hay otra explicación" está demostrando no sólo ser un mal investigador sino además carente de imaginación. No sé porque aún no he oído nunca decir que las pirámides las construyeron seres venidos del futuro, o bien de otra dimensión y que coexisten con nosotros pero en ocasiones abren un portal y vienen a construir pirámides y otras cosas de piedra. ¿Por qué esos viajeros espaciales no nos han dejado una escultura de titanio o un bloque de aluminio? Son teorías tan absurdas y al mismo tiempo tan válidas como el origen extraterrestre y cualquier "prueba" que sirva para una sirve también para las demás.

Intentaremos explicar lo que sucede con el programa espacial con varios ejemplos.

EL VIAJE A LA LUNA

Tras la Segunda Guerra Mundial un telón de acero dividió al mundo en dos bloques enfrentados, cada uno con una visión no sólo diferente sino además encarnizadamente opuesta de cual debería ser nuestro futuro, y los dos países líderes querían dejar patente al mundo su supremacía. Cuando ambos tuvieron armas nucleares empezó la llamada guerra fría. No podían competir lanzándose bombas atómicas, aunque curiosamente el miedo a esa competición era lo que mantenía la paz, así que competían demostrando que tenían a los mejores deportistas o los mejores científicos. Cualquier cosa que demostrara la superioridad de un bloque sobre el otro tenía carta blanca, y la primera mano de la carrera espacial la ganaron los soviéticos con el lanzamiento del Sputnik.

Sputnik
Sputnik

Aunque los americanos pronto lanzaron su propio satélite, estaba claro que el siguiente paso era enviar a un hombre al espacio, y los rusos llevaban la delantera. Efectivamente el 12 de Abril de 1961, Yuri Gagarin fue el primer hombre en orbitar nuestro planeta. Poco más tarde, el 5 de Mayo, Alan Sheppard se convertía en el primer americano en lograr ir al espacio, aunque su vuelo fue simplemente parabólico sin llegar a orbitar la Tierra. Estados Unidos había perdido otra batalla y tenía que responder, así que tres semanas más tarde, el 25 de Mayo, el presidente Kennedy decidió subir el listón y pedir al congreso americano ser los primeros en llegar a la Luna. El apoyo del congreso movido por el espíritu patriótico fue unánime.

Dirigidos por Wernher Von Braun, el diseñador de las V2 alemanas, desarrollaron el cohete Saturno V. No importaba lo que costase debía construirse el cohete más potente jamás construido, capaz de lanzar 100 toneladas al espacio cuando hasta ese momento apenas alcanzaban las 20 toneladas. Los rusos a su vez respondían al desafío desarrollando el imponente y también costoso cohete N1. Pero esta vez la carrera la ganaron los americanos y el 20 de Julio de 1969 Neil Amstrong pisaba la Luna durante la misión Apolo 11 con medio mundo pendiente del televisor.

Saturno V
Un turista frente al Saturno V

Las misiones Apolo siguieron visitando la Luna, pero pronto a nadie ya le importaba. Parecía como si una vez logrado el objetivo de ganar la carrera espacial todos considerasen que ya era algo rutinario. Fue necesario que dos misiones después el viaje del Apolo 13 estuviera a punto de acabar en desgracia para volver a llamar la atención del público, pero después de ese incidente de nuevo se volvió al olvido y con el Apolo 17 se decidió poner fin a los viajes lunares.

Una vez perdida la carrera carecía de sentido para los rusos el seguir invirtiendo tantos recursos en ese proyecto, y el N1 finalmente no llegó al espacio.

ESTACIONES ESPACIALES : SKYLAB

Estación espacial Skylab
Estación espacial Skylab

Pero los americanos ya tenían un cohete potente y operativo, así que utilizaron el Saturno V que se había desarrollado para ir a la Luna para otros propósitos, y el 14 de Mayo de 1973 pusieron en órbita el laboratorio espacial Skylab. Anteriormente los soviéticos habían sido los primeros en poner en órbita una estación espacial, a la que llamaron Salyut 1. Tanto la Salyut como el Skylab en realidad eran poco más que simples cilindros provistos de paneles solares y acondicionados en su interior, pero el Skylab era muchísimo más grande, tanto que en realidad el Salyut 1 se podría aparcar en su interior. Como los rusos no llegaron a completar el N1 sus estaciones espaciales siempre fueron más pequeñas que el Skylab hasta la construcción de la MIR que, como la actual Estación Espacial Internacional se construyó por módulos en lugar de una sola pieza.

Tras ser visitado el Skylab por 3 tripulaciones, el 23 de Febrero de 1974 partía la última de ellas, y fue entonces cuando se decidió que el continuar trabajando con los cohetes Saturno V resultaba muy costoso y se dejaron de construir. El programa de misiones tripuladas de la NASA se detuvo hasta que se desarrollaran los transbordadores cuyo diseño se aprobó 2 años antes. Los rusos siguieron lanzando estaciones espaciales hasta llegar a la Salyut 7; mientras tanto el Skylab, la estación espacial más grande, permanecía vacía y descendiendo. Finalmente en 1979 realizó su entrada en la atmósfera cayendo parte de sus restos sobre el Pacífico y parte sobre zonas desiertas de Australia sin que fuera utilizada durante 5 años porque Estados Unidos no tenía cohetes para enviar tripulaciones.

Lo curioso de este caso es que el Skylab se lanzó con un cohete, el Saturno V, que hasta hoy -más de 30 años después- con el SLS no ha tenido rival. Por su tamaño y peso hoy sería imposible  - hasta que no llegue al espacio el Starship -poner en órbita semejante laboratorio, y quizás por eso también deberíamos preguntarnos si el Skylab fue puesto en órbita por extraterrestres o simplemente fue el producto de una ambición por alcanzar el espacio.

EL FRENO DE LA BUROCRACIA

Como hemos dicho el programa tripulado americano se detuvo por el alto coste de los cohetes Saturno V.

En 1972 la administración del presidente Nixon aprobó el desarrollo de las futuros lanzaderas y la idea de la NASA era que estas fueran reutilizables y económicas y que estuvieran disponibles antes de 1979 para así poder recuperar el Skylab y subirlo a una órbita superior. Como ya hemos visto las lanzaderas no llegaron a tiempo y el primer trasbordador, el Columbia, no despegó hasta el 12 de Enero de 1981.

Lanzadera Columbia
Lanzadera/Shuttle Columbia

El retraso en la producción del trasbordador no fue debido tanto a la dificultad del proyecto como las continuas negociaciones con el fin de obtener los presupuestos necesarios. La carrera espacial ya estaba ganada, los rusos ya no irían a la Luna, y Estados Unidos ya había lanzado una estación espacial que los soviéticos no podían superar. Una vez desaparecido el componente patriótico que había alimentado el programa espacial durante los años 60 los congresistas no encontraban sentido a invertir miles de millones de dólares en proyectos científicos que no alcanzaban a comprender.

Para conseguir los fondos necesarios la NASA recurrió a los militares, cuyos oscuros presupuestos rara vez eran sometidos a debate, pero los militares no estaban interesados en la pequeña y económica nave que proponía la NASA originalmente, sino que querían una nave con mayor espacio de carga. Lo importante era regresar al espacio, así que si para conseguirlo era necesario cambiar las características de la nave se haría, pero todo ello significó un retraso pues había que rediseñar todo el proyecto y por tanto también supuso un incremento importante de los costes.

Aunque las lanzaderas tenían que resultar unas naves económicas y altamente rentables por ser reutilizables, finalmente resultaron costosas (250 millones de dólares por lanzamiento) y poco rentables, además de llegar tarde a su cita con el Skylab, que hizo necesaria la construcción de una nueva estación espacial que compitiera con la soviética MIR , y el proyecto americano se denominó FREEDOM. Al igual que la MIR se trataba de una estación espacial construida por módulos, pues las nuevas lanzaderas transportaban hasta un máximo de 27 toneladas contra las 100 del Saturno V.

Estación Espacial Internacional
Estación Espacial Internacional - ISS

Nuevamente FREEDOM fue definida, redefinida y contrarredefinida en numerosas ocasiones, con unos gastos que antes de iniciar su construcción ya resultaban exagerados. Con cada redefinición se presentaban nuevas propuestas, y surgían nuevos grupos de presión a favor y en contra en el congreso. Ahora que Estados Unidos tenía las lanzaderas no tenía donde llevarlas, y sólo después de mucho tiempo, y tras la caída del bloque soviético se convirtió en el proyecto de lo que hoy conocemos como ISS, o Estación Espacial Internacional.

CONCLUSION

La conclusión de toda esta historia es que en ocasiones para hacer grandes cosas la voluntad es mas importante que la tecnología. Hemos demostrado que tenemos la tecnología, pero aún así hemos dado pasos hacia atrás. Quizás es que empezamos muy rápidos, o quizás es que en la época en que vivimos nuestro avance en democracia hace que ahora nuestras decisiones necesiten un consenso que cada vez resulta más difícil conseguir.

No podemos imaginar a un faraón deteniendo varios años la construcción de su pirámide para investigar las causas del desprendimiento de una de las rocas que aplastó a siete albañiles tal y como pasó con el Challenger o el Columbia, ni tampoco lo imaginamos luchando durante años con un hipotético congreso egipcio y negociando hacer la pirámide unos metros mas alta o mas baja para ajustarse a unos presupuestos limitados. No concebimos a siete u ocho arquitectos presentando cada uno su proyecto y que la construcción no se iniciara hasta que uno de los proyectos consiguiera suficientes apoyos de los sacerdotes del templo. Si las cosas fueran así quizás construir una pirámide hubiera llevado generaciones y ningún faraón hubiera visto en vida su mausoleo.

Lo que mueve sin duda al hombre a alcanzar grandes objetivos es el deseo de cumplirlos.

Las pirámides y las catedrales se pudieron construir porque había una firme voluntad de construirlas, pero cuando gran parte de nuestra sociedad es incapaz de ver los beneficios de la exploración espacial y sólo adquiere la voluntad necesaria cuando es espoleada por motivos políticos o mediáticos es imposible sacar adelante los grandes proyectos.

Quizás las pirámides se construyeron porque el faraón dijo : "Mil generaciones de vuestros descendientes sean malditas si antes de mi muerte no se acaba esta pirámide", o quizás para motivar sólo hizo falta que pensaran que si sus padres habían construido una pirámide ellos también podrían.

Nuestros padres fueron a la Luna, y nosotros podemos ahora regresar e ir a Marte. ¿O hemos de esperar a que nos ayuden los extraterrestres?

Publicado originalmente en Astroseti.org

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